¿Qué es la economía circular?
Conceptos centrales de una economía circular
Eliminar, circular, regenerar
Como consumidores también tenemos un papel clave
Conoce todas las noticias en un solo lugar
Un vistazo de lo que podemos lograr juntos: ciudadanos y organizaciones
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El equilibrio climático es esencial para garantizar un futuro próspero para todos. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que representan alrededor del 76% de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global, pueden reducirse significativamente a través de acciones sostenibles, tanto individuales como colectivas (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, IPCC, 2021).
El dióxido de carbono (CO2) es un gas incoloro que se libera a la atmósfera principalmente como resultado de la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural. Estos combustibles son utilizados para generar energía, impulsar vehículos y en muchos procesos industriales. Cuando los combustibles fósiles se queman, liberan CO2, que se acumula en la atmósfera y contribuye al efecto invernadero, calentando el planeta.
Las personas también generan CO2 a través de actividades cotidianas como:
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los principales gases de efecto invernadero, y su acumulación en la atmósfera tiene varios efectos directos sobre el cambio climático:
Cuando el CO2 se acumula en la atmósfera, actúa como una manta que atrapa el calor. Esto provoca un aumento en la temperatura promedio del planeta, fenómeno conocido como calentamiento global. Desde la era preindustrial, las concentraciones de CO2 han aumentado en más de un 45%, lo que ha provocado un aumento de aproximadamente 1.1°C en la temperatura global (IPCC, 2021).
El aumento de la temperatura global contribuye a cambios en los patrones climáticos, lo que resulta en eventos extremos como olas de calor más intensas, lluvias torrenciales, huracanes y sequías prolongadas. Estas condiciones no solo afectan a los ecosistemas, sino también a la producción de alimentos, el acceso al agua y la seguridad de las infraestructuras.
El calentamiento global está acelerando el derretimiento de los glaciares y las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida. Esto contribuye directamente al aumento del nivel del mar, que amenaza a las zonas costeras habitadas. Según la NASA, el nivel del mar ha aumentado unos 20 cm en el último siglo y sigue en ascenso.
El CO2 también es absorbido por los océanos, lo que reduce el pH del agua y la vuelve más ácida. Esta acidificación tiene un impacto directo en la vida marina, afectando a los corales, moluscos y otras especies, y alterando el equilibrio de los ecosistemas marinos (NOAA).
En México y Centroamérica, muchas empresas están tomando la iniciativa en la reducción de emisiones de CO2 a través de programas de sostenibilidad y economía circular. Estas acciones buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles, implementar energías renovables y optimizar los procesos productivos para minimizar el impacto ambiental.
Empresas líderes en sectores como la manufactura, la construcción y la energía están invirtiendo en tecnologías más limpias y adoptando políticas de reducción de emisiones. Iniciativas como la instalación de paneles solares, la optimización de la logística para reducir el transporte innecesario, y la reutilización de materiales reciclables en los procesos de producción son ejemplos de cómo estas industrias están comprometidas con la sostenibilidad.
Según la Alianza Empresarial para la Sostenibilidad en América Latina, estas acciones colectivas han permitido reducir hasta 20% de las emisiones industriales de CO2 en algunos sectores.
Este compromiso empresarial no solo está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, sino que también inspira a más empresas a seguir este camino y demuestra que la transformación hacia un futuro sostenible es posible.
Si bien las empresas tienen un rol fundamental, cada uno de nosotros también puede contribuir desde nuestra propia trinchera. Reducir el consumo de energía en casa, optar por el transporte público, consumir productos locales y sostenibles, y participar en actividades de reciclaje son solo algunas de las formas en que podemos hacer una diferencia.
Con cada pequeña acción, todos podemos ser parte de la solución. Desde nuestras decisiones diarias hasta los esfuerzos a nivel empresarial, juntos estamos transformando el mundo, acción por acción. Como individuos, nuestras decisiones y hábitos cuentan; y como comunidades, podemos multiplicar ese impacto.
Aquí algunas formas concretas para reducir tu huella de CO2:
Cambiar a bombillas LED y usar electrodomésticos eficientes reduce costos y consumo de energía (IEA, 2021).
Utilizar fuentes renovables como la solar o la eólica puede cubrir hasta el 70% de las necesidades energéticas globales para 2050 (IRENA, 2021).
Optar por caminar, usar la bicicleta o el transporte público ayuda a reducir las emisiones del transporte, que representa el 25% de las emisiones globales de CO2 (Naciones Unidas, 2022).
Elegir productos sostenibles y reciclables puede reducir el consumo de recursos y las emisiones asociadas a la producción.
