Todos los días utilizamos envases o recipientes de plástico, ya sea para guardar alimentos, para transportar objetos, o para muchos otros usos; y muchos de ellos son reciclables, pero ¿sabes cuáles son las condiciones que se deben cumplir para que los plásticos puedan volver a ser utilizados en las cadenas productivas? En Vida Circular te lo contamos.
Lo más importante es que nosotros, como ciudadanos, hagamos conciencia de que el plástico sí se puede reutilizar, y de que podemos poner de nuestra parte para que, junto con las empresas y el gobierno, le demos una segunda, tercera o cuarta vida a estos materiales.
Para empezar a hacerlo, utilicemos lo que tenemos en casa: si compramos botellas de agua, refresco, yogurt, o cualquier otra cosa, lo esencial es que al terminar de consumir el producto o al dejar de utilizarlas, las aplastemos y les pongamos su tapa.

Es común que las botellas de plástico se rellenen en casa de alguna otra sustancia, como aceites, jabones o hasta tornillos y tuercas, pero hacer esto dificulta los procesos de reciclaje, por lo que, si dejamos las botellas limpias y de un tamaño compacto, es mucho más fácil procesarlas y transportarlas para su debido proceso de reciclamiento.
Recuerda estos puntos antes de deshacerte de una botella:
Es muy importante que tomemos esto en cuenta, particularmente lo respectivo al metal, ya que, si éste ingresa por error a los procesos de reciclaje dentro de las plantas, puede descomponer la maquinaria y eso resultará en procesos más lentos y costosos.

Para entender esto, es importante conocer, aunque sea de forma básica, cuál es el proceso del reciclado del plástico. Por ejemplo, para reciclar el PET con grado alimenticio, es decir, que sea seguro para contener alimentos o bebidas, se lleva a cabo el siguiente proceso:
1.- Primero se recolecta y se lleva a centros de distribución.
2.- Una vez en las plantas de reciclaje, se hacen sorteos manuales para retirar contaminantes y residuos de las botellas.
3.- Un contaminante común son los metales, para retirarlos, las botellas se pasan por grandes imanes y detectores que permiten darles una primera limpieza.
4.- A continuación, con maquinaria muy avanzada, se separan distintos tipos de plásticos según sus características físicas (tamaño, color, material, etc)
5.- Una vez que se tiene un primer proceso de limpieza física, se muelen las botellas convirtiéndose en hojuelas.
6.- Estas hojuelas son llevadas a tinas de flotación donde se separan por tipo de plástico, ya que según la densidad del material estos pueden llegar a flotar.
7.- Más adelante, comienza un segundo proceso de limpieza mucho más profundo, que interviene con la composición química del plástico.
8.- Además, son sometidas a altas temperaturas, que terminan de eliminar los contaminantes que pudiera haber en las hojuelas del plástico.
9.- Finalmente, a las hojuelas se le añaden algunos componentes químicos, que logran limpiarlas de manera profunda y estabilizarlas para su aprovechamiento final.
Como puedes ver, para que una botella de plástico se recicle de forma adecuada y alcance el grado alimenticio, es necesario que pase por muchos pasos muy técnicos y complejos, por lo que es esencial que nosotros facilitemos el proceso y así contribuyamos para hacer del reciclaje una tarea más sencilla.
¡Únete al esfuerzo y vivamos juntos una Vida Circular!