El cambio climático es el más grande desafío de nuestros tiempos, y aunque no lo creamos, llegó para quedarse si no hacemos algo al respecto. Como individuos es hora de empezar a cuestionarnos ¿Realmente necesito el coche para moverme hoy? ¿Puedo disminuir mi consumo de carne? ¿Me puedo bañar en 5 minutos? ¿Apagué la luz al salir?
Podemos creer que estas acciones son insignificantes, pero en realidad suman y son de gran valor, y más cuando las compartimos, colaboramos y se vuelven una cadena de impacto. Como cuando juntamos varias fichas de dominó en línea y con la primera que se mueva, las demás también.
Les quiero compartir una película, que personalmente se me quedó muy marcada: “No miren arriba” de Netflix, un llamado de atención para actuar y hacer algo por nuestro planeta. Debemos darnos cuenta qué clase de huella queremos dejar en el mundo, una huella con impacto positivo o negativo.

Todas nuestras acciones dejan una huella, especialmente la manera en cómo nos movemos, cómo vivimos y qué comemos. Sabían que tan sólo en México, viajar en automóvil propio contribuye a un aproximado de 16.2% de emisiones Gases Efecto Invernadero (GEI) del 20.4% de la emisiones que genera el sector del transporte.
Los GEI son gases naturales de la atmósfera y gases resultantes de la actividad humana. El principal gas que generamos es dióxido de carbono (generado al exhalar), seguido de metano (que puede venir de los desechos), óxido nitroso (un gas que puede generar un coche), gases fluorados (provenientes del aire acondicionado), entre otros. El problema de estos gases es que actualmente producimos más gases de los que la naturaleza puede absorber.
Como podrán notar en la Gráfica 1. El aumento de la población y demanda de recursos han incrementado las concentraciones de CO2 en casi un 50% en los últimos 171 años.

Ahora bien, no es necesario ser expertos en el tema para hacer algo al respecto, al contrario, con pequeñas acciones y poniendo de nuestra parte podemos generar un efecto dominó que tenga realmente un impacto positivo en donde vivimos. A continuación, les comparto acciones que podemos hacer hábitos y que realmente disminuirían nuestro impacto personal al planeta:
Considera cuánto y qué tan seguido utilizas el coche.
Úsalo únicamente cuando sea necesario y cámbialo por la bicicleta, transporte público o caminatas. Si más personas ocuparan bicicleta o transporte público, podríamos exigir mejores vías para tomar mejores decisiones a la hora de movernos.

Piensa como usuario y no como consumidor.
Rechaza lo que no necesites, repara lo que puedas, separa tus residuos en orgánico e inorgánico y reciclables, composta o contrata algún servicio para que composte tus residuos.

Compra local.
Evita el transporte de productos y de esta manera apoyas la economía de más familias en tu ciudad.

Disminuye tu consumo de carne .
Destina un día o dos para consumir más verduras. Según la Organización Mundial de la Salud, la industria cárnica es de los sectores con mayor contribución al cambio climático emitiendo 14.5% de GEI globalmente. Una dieta más sustentable y la reducción en el consumo de carne es de las medidas más efectivas para la reducción de emisiones de metano, según el IPCC.

¿Interesados en conocer más? Los invito a conocer y medir su huella de carbono, que es un indicador que mide todos los GEI que emitimos directa o indirectamente y nos ayuda a entender y cuantificar el impacto de nuestras acciones y pertenencias al ambiente y así tomar acción. (Por ejemplo).
Calcula tu huella de carbono aquí.
Todos podemos frenar el cambio climático que a lo largo de la última década ha ocasionado grandes daños a nuestros sistemas biológicos, sociales y económicos. Es verdad que a veces el término puede ser abrumador y complejo, sin embargo, nosotros como individuos también podemos hacer algo al respecto si minimizamos nuestro impacto personal. Si estas acciones individuales las multiplicamos por millones, si colaboramos, si empezamos a fijarnos en nuestros alrededores, generaremos un verdadero cambio.