Texto de Mariana Achirica, colaboradora de Vida Circular
Hoy más que nunca hemos oído el término “Economía Circular” en muchos lugares; sin embargo, si estás leyendo esto quizás tengas algunas dudas de lo que significa y cuál es su importancia.
Si lo tuviera que explicar de manera sencilla te diría que observes la naturaleza, ahí nada se desperdicia y los desechos de un ser vivo son la “materia prima” que utiliza otro ser vivo para realizar sus funciones.
Durante años, hemos vivido en un sistema de producción y consumo lineal, en donde los productos son diseñados para ser consumidos y desechados en un solo ciclo de utilidad; mientras que en la Economía Circular los considerados residuos entran en un nuevo ciclo de vida convirtiéndose en nuevos recursos.

¿Por qué ya no es viable el sistema lineal?
Porque con este modelo se tiene un gran impacto en el medio ambiente aumentando los desechos, teniendo un consumo alto de energía y de emisiones de gases contaminantes, terminando así con los recursos naturales a velocidad acelerada. De manera contraria, la Economía Circular busca el aprovechamiento de cada una de las fases del ciclo de vida del producto o del servicio. Este sistema evalúa el impacto ambiental desde el inicio, es decir, desde el diseño.
Si bien es cierto que los productores tienen un rol indispensable para lograr la transición de lo lineal a lo circular, los consumidores también debemos poner de nuestra parte para que esto funcione.
No se trata solo de que el consumidor retorne los envases y envolturas de los productos o que separe por categorías los residuos. La circularidad continúa con una decisión de compra consciente, una adecuada utilización de bienes y servicios, la extensión de la vida de los productos ya adquiridos y ¿por qué no? fomentar el uso compartido de productos.

La Economía Circular no es únicamente reciclar. De hecho, es un modelo económico que tiene un impacto directo en la lucha contra el cambio climático, la producción desmedida y el manejo de residuos.
Un personaje sumamente importante en esta película llamada “Economía Circular” es el Gobierno; estableciendo programas y normativas que guíen y creen incentivos que motiven a los ciudadanos y a las empresas a que tomen más acción y responsabilidad en este tema. Acciones como invertir en innovación, infraestructura y habilidades de los productores y consumidores serían un gran catalizador en el camino a que la circularidad se vea como algo cotidiano y a la vez como un requisito forzoso para todos.
Ahora bien, el cambio de la linealidad a la circularidad no es de la noche a la mañana. Esta transición es un gran reto que depende del grado de industrialización, el nivel de desarrollo tecnológico y muy importante, los financiamientos con los que se cuenten. Sin embargo, es esperanzador saber que en América Latina hay cada vez más casos de circularidad exitosa.

¿Aún dudas si es conveniente circular?
Bueno te tengo un bonus pack de beneficios: con este modelo económico se aumentará el PIB, habrá mayor innovación tecnológica, ahorro en el costo de materias primas y en productos, mayor eficiencia y productividad, entre muchos otros.
En conclusión, la Economía Circular es un modelo económico que está desplazando al ya insostenible sistema económico lineal. En México y América Latina estamos ya en camino de circularización, pero aún falta mucho por hacer. Mientras más hablemos de esto y pongamos todos de nuestra parte podremos acelerar la transición hacia un futuro verde y circular en donde saldremos beneficiados.
Te invitamos a seguir informándote de los conceptos claves de la Economía Circular y sobre todo, de cómo transitar con acciones clave desde casa o del trabajo.
Fuentes:
Cerda, E. y Khalilova, A. (2016). Economía Circular. Estrategia y competitividad empresarial. Revista de economía industrial, 401.
Bravo B. y Salgado L. (2021). La economía circular desde una óptica de producción y consumo. Pluralidad y Consenso. Año 11, N.º 50, octubre-diciembre.