En entradas anteriores hemos hablado a detalle de la importancia de modificar los modelos económicos lineales, donde prevalece la filosofía de “extraer, producir y desechar”, por un modelo de Economía Circular en donde el principal objetivo sea restaurar y regenerar para aprovechar de mejor manera los recursos.
No es de sorprender que, en el contexto global actual con la creciente concientización ambiental, los plásticos tomen relevancia en la conversación. Bajo el modelo de economía lineal este material es uno de los materiales que producen mayor generación de residuos. Sin embargo, bajo un modelo circular el plástico es uno de los materiales que podamos integrar al futuro sustentable que todos deseamos.
Si consideramos una Economía Circular para el plástico, este material se incorporará en un ciclo virtuoso de manera permanente que maximizará su uso y disminuirá los residuos.

De acuerdo con el informe Breaking the Plastic Wave: Top Findings for Preventing Plastic Pollution de la organización The Pew Charitable Trusts, la transformación hacia una Economía Circular del plástico debe estar acompañada de distintas medidas urgentes, como mejorar los sistemas de recolección de residuos, aumentar la capacidad para reaprovechar el plástico y asegurar la correcta disposición de aquellos desechos que no fueron reciclados.
Aunado a esto, se suman voces de expertos como la Fundación Ellen MacArthur, que señalan que la única manera de solucionar la creciente contaminación por plásticos es a través de este enfoque integral de los mismos. Es decir, abordando todo el ciclo de vida del plástico, desde su diseño hasta el fin de su ciclo. Por lo que es necesario que todos, desde empresas hasta consumidores, intervengan activamente en los ciclos de vida de los productos.

Pero… ¿cómo es que diseñar productos plásticos con un enfoque circular puede ayudarnos económica, medioambiental y socialmente? Mejorar los diseños y sistemas de gestión, así como alargar la vida de los materiales plásticos, puede generar nuevos empleos, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles.
La propia World Wildlife Fund (WWF) estima que una Economía Circular del plástico tiene el potencial de reducir en un 80% el volumen anual de estos materiales que llegarán a los océanos para 2040. Además, promete ahorrar 200,000 millones de dólares al año, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% y crear más de 700,000 trabajos adicionales.

Si bien, aún hay un largo camino para lograr una Economía Circular del plástico, actualmente ya existen distintas empresas de diversos sectores que promueven modelos económicos circulares en sus propios productos. Ejemplos hay varios, desde empresas que están rediseñando productos desde el origen para facilitar su circularidad “Design for the Cycle”; compañías que incorporan materia prima reciclada en la creación de nuevos productos, por ejemplo, envases con material reciclado; hasta marcas que integran nuevos materiales iniciales que evitan emisiones de CO2e y ahorran recursos para su uso.
Hoy más que nunca sabemos de las ventajas que el plástico ofrecen en nuestro día a día, de ahí la importancia de seguir concientizando sobre su correcto uso y gestión de este material. Desde Vida Circular seguiremos impulsando el correcto uso y gestión de materiales que puedan ser reciclados, para que juntos podamos seguir diseñando un mundo más sustentable.