Ante la problemática ambiental que vivimos en el mundo y los constantes esfuerzos que realizan las instituciones a nivel global para combatir la crisis climática, es bueno reconocer y dar visibilidad de los avances que hemos realizado como sociedad para transitar a un mundo sustentable. Sin embargo, debemos ser capaces de ver que aún nos quedan muchos retos que sortear. De ahí la relevancia de sociedades más responsables y que implementen la Economía Circular en sus procesos y actividades diarias.
Uno de los principales retos que podemos observar es la gestión de residuos. Las Naciones Unidas han señalado que el manejo de la basura en América Latina y el Caribe es uno de los mayores retos para la sostenibilidad de la región, debido a que las tasas de reciclaje todavía son muy bajas, señalando que cerca del 90% de los residuos generados son desaprovechados.
De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina y el Caribe genera anualmente alrededor de 216 millones de toneladas de residuos sólidos municipales. De este total, 12% corresponde a residuos plásticos, mientras que el 19% corresponde a materiales como papel, cartón, vidrio y metales, sin embargo, solo el 4.5% de estos se reciclan.

Si bien la gestión de basura es uno de los problemas más notorios, no podemos dejar de lado que la correcta gestión de residuos debe ir acompañada de leyes y políticas públicas que fomenten la Economía Circular en las sociedades.
Actualmente nos enfrentamos a desafíos en cuanto a la planificación de acciones concretas y realizables por gobiernos e instituciones, y si bien en muchos han elaborado planes de gestión de residuos, la implementación de estos no siempre está asegurada. Esto es tan relevante que 12 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas corresponden, en mayor o menor grado, a este tema.
Las limitantes técnicas, de identificación y estructuración son otras de las dificultades a las que tenemos que hacer frente como región. Necesitamos instrumentos regulatorios que permitan fortalecer a los organismos encargados de vigilar, monitorear y asegurar que las normas se implementen. Asimismo, fortalecer la actividad de valorización de residuos, que incluye el reciclaje, el compostaje y la generación de energía, al tiempo que se promueve la Economía Circular.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, México es el país que más basura genera en América Latina, con 1,16 kilogramos por día, per cápita; seguido de países como Chile con 1,15 kilogramos por día, Argentina con 1,14, República Dominicana con 1,08 y Brasil con 1.04, mientras que países como Guatemala, Bolivia, Honduras, Cuba y Perú aportan menos de 0,75 kilogramos por día, per cápita, destacando la falta de una adecuada gestión, legislación y supervisión de los residuos.

En este contexto, el propio BID señala que se requiere contar con sistemas de información de datos y cifras oficiales que faciliten el monitoreo y la evaluación de la gestión de residuos, así como el diseño y la medición del impacto de diferentes iniciativas y programas, algo que ya podemos ver en países considerados de los más contaminantes como el propio México, Chile, Argentina o Brasil, además de sumarse otros como Colombia, Ecuador, Costa Rica o Uruguay, donde se han establecido obligaciones y metas de recuperación de envases a los productores y fabricantes.
Estos son solo algunos de los retos a los que, como sociedad, debemos enfrentarnos para transicionar a un mundo sustentable. La mejora de la gestión de residuos, sobre todo en la región, debe ir acompañada de la búsqueda e implementación de soluciones asociadas a la innovación, la tecnología y la eficiencia. Debemos ser capaces de generar cambios de comportamiento en productores y consumidores, para lo que se deben generar programas de incentivos, educación y sensibilización que den herramientas a la ciudadanía para contribuir activamente a la solución.

Desde Vida Circular creemos que el cambio es responsabilidad de todas y todos, por lo que tenemos el firme compromiso de seguir informando y educando a la sociedad, productores y consumidores sobre la importancia del reciclaje y la Economía Circular como base para dirigirnos hacia un futuro más sustentable.